sábado, 26 de mayo de 2018

Inversión


 Los políticos y empresarios más importantes de la ciudad debatieron durante días sobre si el magnate Alfonso Pieragostini, oriundo de la ciudad capital, debía o no convertirse en el principal inversor del proyecto del gran hotel municipal. La desconfianza de los opositores a la idea radicaba en las incontables sospechas de corrupción que acumulaba el empresario pero, finalmente, la mayoría optó por darle el visto bueno.
 Dos años más tarde, durante el evento de inauguración del Hotel Palace, las personas congregadas esperaban el discurso de Pieragostini pero nadie sabía dónde se encontraba. Una empleada de servicio fue mandada a revisar el cuarto donde se alojaba el hombre, pero este no respondió a la puerta. El pánico de la mujer y de los demás afloró cuando lo encontraron colgado en el baño, con un cartel pegado a su camisa que rezaba: “Mi regalo para todos ustedes”.

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