jueves, 11 de octubre de 2018

El misterio del Vuelo AA-504DX


 Al vuelo AA-504DX le faltaban pocos kilómetros para llegar al aeropuerto de Victoria pero una tormenta de proporciones bíblicas complicó su trayecto. El avión enfrentaba turbulencias; los pasajeros se alborotaban y el piloto Jaime Rattazzi encaraba la situación con profesionalismo, pero también con miedo. Las azafatas, no menos atemorizadas que los viajantes, calmaban a quienes podían.
 Rattazzi sabía de todos los desperfectos que sumaba el Airbus producto de las inclemencias del tiempo y aun así ponía atención a las indicaciones que le llegaban de la base de control. No podía contar con el copiloto, pues este experimentaba un estado de shock.
 Pero las condiciones climáticas mejoraron y el vuelo aterrizó sin ningún inconveniente. Los técnicos del hangar constataron que la nave estaba en perfecto estado y cuando le preguntaron al conductor qué había sucedido, no supo responder.

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