La pequeña Fabricia esperaba con
ansias la llegada de la Navidad y lo hacía notar en cada uno de sus vecinos y
parientes. Debido a los anteriores trabajos de sus padres, no sabía qué se
sentía pasar esa fecha en familia, así que ellos se encargaron de llenarla de
ilusiones.
Llegó la noche buena y, luego de
cenar y brindar, la niña fue mandada a dormir. Casi una hora después, cuando la
casa estaba a oscuras, ella escuchó ruidos en el estar, por lo que tomó el
revólver de su papá y fue hasta allí. Vio a un hombre husmear en su living y
descargó el arma contra él, sin saber que se era su padre disfrazado. Todos le
habían hablado de Papá Noel, pero nadie le explicó de qué forma entregaba los
regalos.