¡Protesto contra usted, Juan
Alberto! Protesto contra todo lo que su humanidad representa. Si lo analiza
detenidamente, entenderá el porqué de este alocado suceso de situaciones
desafortunadas y sabrá que lo que ahora le toca vivir, es poco.
Después de tanto tiempo difamando a
la gente y creyéndose intocable e inmune, ya no encuentra otro refugio que un
arrepentimiento berreta y tan poco creíble como lo es su moral. Usted mismo
provocó esto.
Quiero asegurarme de que conoce bien
el breve pero tortuoso futuro que le depara, de ahora en más. Este gatillo
puede herirlo, desesperarlo y hacerlo llorar; también puede condenarlo al mismo
infierno al que pertenece. Es una lástima que el revólver no exista y que estas
líneas no sean jamás escritas pero, créame que, ni bien estas paredes blancas
se esfumen, sus peores pesadillas se harán realidad.