Es muy difícil de explicar el
período que uno debe atravesar luego de morir. Cuando sabés que no vas al
infierno y ya pasaste por el purgatorio solamente resta aguardar un instante en
la entrada del paraíso celestial, pero que puede resultar en horas, días o,
incluso, siglos. Me puse muy tenso al cuestionarme qué sería de mi alma y a
dónde me llevarían luego. Solo me calmé cuando recordé que me llamo Pedro y soy
santo.